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Entrevista a Raquel Costa e Nuno F. Cancelinha

El cómic portugués, «vivo, diverso y en crecimiento»

22 de agosto de 2025

Entre el crecimiento del mercado, la presencia de las mujeres y los nuevos caminos de la edición, los autores portugueses Raquel Costa y Nuno F. Cancelinha y el editor Marcos Farrajota defienden que la historieta continúa siendo un territorio de diversidad y libertad

Raquel Costa (Oporto, 1979) y Nuno F. Cancelinha (Trás-os-Montes, 1982) son cofundadores del Little Black Spot Creative Studio, donde desarrollan trabajos de ilustración, publicidad y cómic. Juntos publicaron A Cortina das Aves Canoras – Prelúdio (2018) y participaron en todos los volúmenes de la antología Ditirambos. En el festival Viñetas desde o Atlántico compartieron espacio con el editor Marcos Farrajota (Chili com Carne) para reflexionar sobre el presente y el futuro del cómic en Portugal, sus desafíos y su internacionalización.

¿Cómo describiríais la situación actual del cómic?
Raquel Costa.—Yo la describiría como un mercado en crecimiento. Afortunadamente. Está habiendo una apuesta mayor por parte de las editoriales, una diversificación de públicos y una variedad de géneros y contenidos: tenemos producción más mainstream, autores que trabajan para la industria norteamericana, mucha producción de cómic experimental también, colectivos y autores individuales que exploran el fanzine. Así que creo que, afortunadamente, se está viendo un crecimiento muy saludable. No sé si, Nuno, quieres hablar un poco de nuestro proyecto.

Nuno F. Cancelinha.—Siguiendo lo que dijo Raquel, nuestro proyecto surge en un punto intermedio entre algo comercial y un espíritu independiente, en la medida en que gran parte de los autores implicados, aunque ya con trayectoria en el cómic (algunos con décadas de carrera, como Diogo, o con visibilidad en el mercado, como Joana Afonso o André Caetano), también hay personas como nosotros, que somos sobre todo grandes aficionados al cómic y que también disfrutamos de la parte editorial. Traemos esa experiencia a la publicación. Así que, como dice Raquel, el mercado está creciendo, es excelente que haya diversas expresiones, y nuestro proyecto encontró su hueco en ese cruce entre una expresión más independiente, más autoral, y otra también comercial, porque es necesaria.

¿Cuáles son los principales géneros del cómic en Portugal? ¿Qué particularidad tiene?Marcos Farrajota.—Bueno, como dijo Raquel, ahora mismo hay un poco de todo, y eso es interesante en un país que siempre ha tenido un mercado muy débil y muy tradicionalista. A diferencia de España, que tuvo a Calpurnio, Nazario, Max, etc., Portugal es un país de buenas costumbres, que se comporta muy bien, por así decirlo. Y eso influye cuando los editores no apuestan por novedades y autores locales. Especialmente en lo contemporáneo, eso influye en los lectores, en los próximos artistas y generaciones, y se convierte en un círculo vicioso. Creo que aún no se ha roto, porque la historia es demasiado pesada, muy ligada a esa cultura tradicionalista. Pero siempre ha habido voces disonantes y actualmente, con lo que se ofrece y con lo fácil que es editar en digital, hay mucha más variedad que hace 20 o 30 años.

Y el mercado portugués ¿cómo funciona fuera, en Galicia, en España o en otros países?

Marcos Farrajota.—Hay un fenómeno curioso: Polonia. Muchas obras portuguesas se han traducido allí. Esto se debe a una persona que estudió portugués, se convirtió en traductor y en una especie de embajador del cómic portugués, y gracias a él se han publicado allí bastantes obras. El resto son experiencias pequeñas aquí y allá. Por ejemplo, O Cuidado dos Pássaros, de Francisco Sousa Lobo, se editó aquí. Pero son cosas pequeñas, aunque este libro (El cuidado de los pájaros) fue publicado por el sello de Penguin Random House en España. Son cosas que pasan por casualidad. Creo que tiene que ver con que no había un formato previo establecido de esta nueva ola llamada novela gráfica (término que no me gusta). Como no había esa experiencia anterior, no hay suficientes obras para publicar fuera de Portugal. Pero ocurren cosas aquí y allá, de forma caótica, aleatoria.

¿Y el lugar de las mujeres en el cómic?

Raquel Costa.—Es inevitable decir que el mundo del cómic en Portugal, como creo que en el mundo entero, está muy dominado por hombres. Sigue siendo un estigma difícil de romper y se nota en eventos y festivales: hay una fuerte presencia masculina; muchos autores, editores, organizadores son hombres. No es algo malo en sí mismo, no es una crítica. Creo que hay apertura, y eso es positivo. Hay más apertura a la entrada de mujeres, tenemos muchas autoras produciendo: Joana Afonso, Sofia Neto, en el propio Ditirambos, después Bia Costa, Joana Mosi, Joana Estrela, en expresiones diversas, autoras que han tenido reconocimiento. También tenemos editoras y mujeres en la organización de eventos. Son señales positivas de cambio, y hay hombres aliados, lo cual es muy importante. Es un mundo todavía mayoritariamente masculino, por tradición, pero con el crecimiento del mercado empiezan a aparecer señales de cambio. Aún queda mucho camino.

Marcos Farrajota.—Quería discrepar un poco. Muy simple: creo que no es totalmente correcto. Incluso hubo muchas mujeres al frente de grandes editoriales en el pasado, como Maria José Pereira, o en Arte do Autor. No creo que sea un mundo dominado por hombres. El problema es la tradición del mercado, que ellas no rompieron. Siempre ha habido autoras, pero tardó, por ejemplo, la publicación de Persépolis, de Marjane Satrapi, un best-seller mundial. Hubo falta de sensibilidad de las editoriales. Si se hubiera publicado justo después, quizá habrían aparecido muchas más autoras. Sabemos que cada vez que surge una autora, eso desencadena muchas más en el futuro. Así que es complicado.

¿Qué consejo daríais a las nuevas generaciones que quieran empezar en el cómic?

Nuno F. Cancelinha.—Es una cuestión difícil. Creo que las nuevas generaciones no nos ven a nosotros como referentes a quienes pedir consejo. Y también somos conscientes de que quizá no seamos los más indicados. Pero hay algo importante: la gran diferencia entre nuestra generación y las nuevas es que, como dijo Marcos, Portugal es un país tradicionalista, y el arte nunca ha sido una manifestación cultural amplia. Hoy veo a muchos jóvenes trabajando duro para ganar velocidad de escape, para lanzarse a un mercado (ya sea cómic, música, cine…). En Portugal las cosas suceden caóticamente, puntualmente, nunca hay un gran plan, son esfuerzos fugaces. Lo que diría es que persistan. Porque sus voces son las que hacen falta ahora y en el futuro.

Raquel Costa.—Y que vengan a festivales como Viñetas, a conocer a la comunidad.

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